No lo consumas, dañas tu vida.
La cocaína en polvo es un poderoso estimulante del sistema nervioso central. Las personas que usan la droga se tornan inquietas, irritables, y ansiosas. El uso de la cocaína en polvo también puede producir constricción de los vasos sanguíneos y elevación de la temperatura, el ritmo cardíaco y la presión arterial. Asimismo, puede causar ataque cardíaco, paro respiratorio, derrame cerebral, y convulsiones. El uso de la cocaína junto con el alcohol es en extremo peligroso dado que potencia el efecto eufórico de la cocaína y puede elevar el riesgo de muerte súbita.
La cocaína es una droga muy adictiva. Los usuarios crónicos corren el riesgo de desarrollar tolerancia a los efectos de la droga. Muchos adictos informan que a medida que desarrollan la tolerancia, no logran alcanzar los efectos positivos que experimentaban cuando comenzaron a consumir la droga, por lo que empiezan usarla con mayor frecuencia y en dosis más elevadas.
Los usuarios de cocaína que se inyectan la droga se exponen a otros riesgos, entre ellos, al de contraer el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la hepatitis B y la C, y otros virus transmitidos por la sangre.
Fuente: http://www.justice.gov/